Debo admitir que me siento un poco avergonzada porque hace más de un mes que no publico absolutamente nada, pero espero poder retomar el ritmo inicial y plasmar en pequeñas frases mis días hechiceros.
Ahora me encuentro nuevamente en mi tierra, entre platos suculentos de ceviche, pollo a la brasa y rocoto relleno, disfrutando a mi familia y ellos sufriendo con mi presencia. Sin embargo, espero que esta presencia no sea por mucho tiempo, porque creo que mi vida tomó un camino distinto y que actualmente creo que tengo el deber de hacer mi vida.
Retrocedo más de 20 años atrás cuando mi ojos e inocencia de niña miraban con cierta envidia a la "gente mayor" porque ellos ya eran grandes, con una vida, con hijos y felices. Era esa vida que yo quería tener con tan sólo 8 años, cansada de hacer lo que mi mamá decía, cansada de comer lo que a veces no me gustaba, cansada de ir al colegio con falda, cansada de bañarme con agua fría, cansada de estar sola, cansada de dormir sola, cansada de ser pequeña. Sin embargo, 20 años después la vida no es como yo me la imaginaba, no puede ser tan sencilla como aquellas historias de princesas y finales felices.
La vida esta llena de momentos increíblemente complejos y simples, pero es a partir de estos complejos que uno aprende y de los simple que uno disfruta. Estoy a puertas de iniciar una vida -de esas que anhelaba de niña- pero debo admitir que tengo miedo, tengo temor porque la vida que se me presenta en un futuro es muy buena y tengo miedo que no sea para mi. Sin embargo estoy dispuesta a hacer de mi vida una historia, de esas en las que yo haga lo que crea correcto -aunque no siempre este bien-, de comer lo que a mi guste, de no ponerme falda, de bañarme con agua caliente en verano, de no dormir sola. Esta etapa recien inicia y aún no se como termine pero creo que no lo deseo saber, sólo quiero vivir mis días a plenitud.
Prometo- palabra de bruja-que no dejare de escribir tanto tiempo porque este medio es una manera de liberar eso que llevo dentro de una forma más sencilla y menos personal.
Ahora me encuentro nuevamente en mi tierra, entre platos suculentos de ceviche, pollo a la brasa y rocoto relleno, disfrutando a mi familia y ellos sufriendo con mi presencia. Sin embargo, espero que esta presencia no sea por mucho tiempo, porque creo que mi vida tomó un camino distinto y que actualmente creo que tengo el deber de hacer mi vida.
Retrocedo más de 20 años atrás cuando mi ojos e inocencia de niña miraban con cierta envidia a la "gente mayor" porque ellos ya eran grandes, con una vida, con hijos y felices. Era esa vida que yo quería tener con tan sólo 8 años, cansada de hacer lo que mi mamá decía, cansada de comer lo que a veces no me gustaba, cansada de ir al colegio con falda, cansada de bañarme con agua fría, cansada de estar sola, cansada de dormir sola, cansada de ser pequeña. Sin embargo, 20 años después la vida no es como yo me la imaginaba, no puede ser tan sencilla como aquellas historias de princesas y finales felices.
La vida esta llena de momentos increíblemente complejos y simples, pero es a partir de estos complejos que uno aprende y de los simple que uno disfruta. Estoy a puertas de iniciar una vida -de esas que anhelaba de niña- pero debo admitir que tengo miedo, tengo temor porque la vida que se me presenta en un futuro es muy buena y tengo miedo que no sea para mi. Sin embargo estoy dispuesta a hacer de mi vida una historia, de esas en las que yo haga lo que crea correcto -aunque no siempre este bien-, de comer lo que a mi guste, de no ponerme falda, de bañarme con agua caliente en verano, de no dormir sola. Esta etapa recien inicia y aún no se como termine pero creo que no lo deseo saber, sólo quiero vivir mis días a plenitud.
Prometo- palabra de bruja-que no dejare de escribir tanto tiempo porque este medio es una manera de liberar eso que llevo dentro de una forma más sencilla y menos personal.
2 comentarios:
Chido post ...
Siempre hay que tener cuidado con lo que se desea.
a un año de no verte, Tabatita.. se te extraña. un abrazo.
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